Entrevista de Alberto Fernández Díaz, en la Gaceta del lunes 9 de diciembre:

    •  El Presidente del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Barcelona lucha por «sentir la libertad que se respira en España en su propia tierra»

  • Lo primero que hizo Alberto Fernández Díaz al cumplir los 18 años fue sacarse el carné de conducir y el de afiliado al PP. El octavo de diez hermanos, hijo de los fundadores de la AP en Barcelona, lleva defendiendo España en Cataluña desde que se alistara en Nuevas Generaciones. Y no es una bravuconada. Cuando tuvo que compaginar su puesto como cabeza de lista en el Grupo Popular con su participación en el Senado, sólo acudió un año a su escaño en el hemiciclo de hormigón. Renunció a los otros tres en la Cámara Alta. Su sitio está en Barcelona, en lo que él denomina “el frente ruso”, por su dureza. Y no en Madrid, ese “balneario” político, bromea. Ahora, que está a punto de cumplir 52 años y tiene bajo su responsabilidad a una esposa, y tres hijos de 18, 14 y 7 años, se enfrenta a lo que en su tierra pueden llegar a ser “dos estigmas: ser español y del PP”. Nada que no pueda sorportar el hombre que hizo levantar el puño a Jordi Pujol en su investidura en el año 99, por ser el primer cabeza de lista en hablar en castellano.

    A pesar de llevar más de 34 años en política -los diez anteriores ejerció la abogacía- Alberto nunca ha perdido ese espíritu libre. Cuando los jóvenes del partido salen a pegar carteles él acude como lo hacía cuando era un chaval y no buscaba “carguitos ni carguetes”. Su última “obra de arte fue pegar un cartel frente a Cataluña Radio en el que se podía leer: ‘Rompe tu silencio para la manifestación del 12 de octubre”.

    Encabezó el PP en Cataluña en la época en la que existía el Comando Barcelona de ETA, que perseguía hacer en Cataluña con el PP lo que ETA pretendía con UCD en el País Vasco: expulsarlos. Las últimas víctimas en Cataluña fueron, el 21 de septiembre José Luis Ruiz Casado, y un 14 de diciembre Paco Cano. Él mismo sufrió un atentado y desde hace 17 años lleva escolta. Durante muchos años tuvo que inventarse un juego con sus hijos, que eran muy pequeños, para sortear una posible bomba lapa en su coche. “Les decía: cuando arranque el coche escondeos detrás de las columnas”. Por eso, a Fernández Díaz le duele especialmente escuchar que el PP está transigiendo con ETA. “Como cualquier otro español de bien queremos que los etarras se pudran en la cárcel”.

    Motero de Harley-Davidson con un símbolo de una moza cubierta con la bandera española, sueña la libertad a dos ruedas y cuando viene de visita a Madrid. “Ojalá pueda sentirme algún día así en Cataluña”.

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